CELEBRACIÓN VIII CENTENARIO CONSAGRACIÓN SANTA CLARA EN BELALCÁZAR

Alrededor de 200 hermanos y hermanas de la Familia Franciscana se dieron cita, el pasado, 11 de mayo para celebrar la Apertura del VIII Centenario de la Consagración de Santa Clara y la fundación de la Orden de las Hermanas Pobres, en el Monasterio de Jesús de la columna de Belalcázar. Con la presencia de hermanas de los monasterios de la Federación Bética, la Orden Franciscana Seglar, el Ministro provincial, el Asistente de la Federación, Fr. Manuel Tahoces Fernández y hermanos de las Fraternidades de Belalcázar, Loreto, Mérida y San Buenaventura, la jornada comenzó con unas palabras de acogida de la Madre Presidenta de la Federación, Sor Inmaculada González Sánchez, en la iglesia del monasterio, para reproducir, posteriormente, en una original liturgia, el recorrido en los primeros momentos de la conversión y consagración de Santa Clara. Siguiendo la Cruz de San Damián, a la que Clara oró durante 40 años, diversos lugares del monasterio sirvieron para recordar la vocación, el Domingo de Ramos de 1211 y la consagración en la Porciúncula. Textos del Evangelio, las Cartas a Santa Inés de Praga, el Testamento de Santa Clara y las Florecillas situaban la liturgia. La voz y la guitarra de Juanma Yagüe coronaron el acto que concluyó con una letra suya: "ahora soy Clara de Dios".La comida fraterna manifestó el don del carisma único y preparó para pasar a la otra mesa, la del Pan y la Palabra, en la Eucaristía presidida por el Ministro provincial, Fr. Joaquín Domínguez Serna y demás concelebrantes. Unas bellísimas palabras sobre la vida, espiritualidad y actualidad de Clara de Asís jalonaron la homilía. La apertura concluyó con la entrega de un pebetero de cerámica, humeante de incienso, que los Hermanos Menores entregaron a cada Monasterio de la Federación y a la Madre Presidenta. Seguidamente tuvo lugar el Rito del envío, en el que tras una oración, el Ministro provincial y la Madre Presidenta entregaron a cada participante una vela con el recuerdo del Centenario y la Forma de vida escrita por Francisco para Santa Clara. Tras el cual, regresaron a sus lugares de origen.